domingo, 17 de diciembre de 2017

CAMAS SOLARES: Consideraciones médicas basadas en el Consenso de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD).



A partir de la década de 1980 aparecieron las denominadas camas solares como una alternativa rápida, cómoda y segura de adquirir bronceado artificial en la piel. Su uso se extendió por todo el mundo.

Actualmente conforma una industria de importante impacto económico, poco regulada, con atractivas publicidades que estimulan el consumo y promueven sus intereses con poca consideración a los aspectos médicos del problema.

La Sociedad Argentina de Dermatología como entidad médica desea expresar con claridad su posición ante el tema con una mirada que incluya los aspectos científicos y regulatorios.

Numerosos estudios científicos a lo largo de los años y en todo el mundo, concluyeron que las radiaciones ultravioletas (RUV) naturales y las que emiten los tubos que equipan las denominadas “Camas Solares” representan “Carcinógenos Completos”. Ello significa que pueden por sí solas, iniciar, promover y transformar una célula en su camino hacia la malignización.

La industria de las camas solares basan su promoción en:

a) La “cultura” del bronceado, con énfasis en los jóvenes.

b) Las limitaciones geográficas o estacionales para exponerse al sol.

c) Las limitaciones de tiempo propias del mundo actual para un sano esparcimiento.

d) La “seguridad” de los RUV artificiales y sus efectos benéficos sobre diferentes aspectos de la salud. La ausencia de eritema (enrojecimiento) y quemaduras solares (siempre que la exposición sea con baja irradiancia y con carácter paulatino) sería sinónimo de inocuidad y de bronceado seguro ya que la piel se iría “curtiendo”.

e) Tecnología “actualizada”, con irradiancias que multiplican por dos y por tres los niveles estipulados como “máximo deseable”, que brinda un bronceado rápido.

f) Una muy eficaz organización comercial.

Sin embargo, existe amplia evidencia de que las RUV inducen carcinogénesis en melanocitos y queratinocitos.

Los RUV inducen además, inmunosupresión local y sistémica, fotoenvejecimiento, fototoxicidad y fotoalergia, y diversos trastornos oculares, entre ellos cataratas.



El “bronceado saludable”: un mito urbano.
Estudios recientes demostraron que la radiación ultravioleta (RUV) produce daño en el ADN de las células de la piel, lo cual estimula la acción de la hormona melanocito-estimulante, responsable de la producción de melanina por parte de los melanocitos. Esto significa que el bronceado es la expresión tardía del daño celular de la piel por la RUV, y no un elemento que la proteja.



Una excusa para exponerse a las camas solares es el concepto de que los RUV aumentan la producción de Vitamina D y así evitar la osteoporosis.
Los beneficios de la síntesis de Vitamina D en la piel bajo la acción de los RUVB han merecido estudios y análisis por parte de diferentes entidades de distintos países. Las conclusiones pueden resumirse así:


1) Las camas solares emiten principalmente RUV-A, un espectro diferente al espectro de acción para la síntesis de vitamina D en la piel, que es UVB.

2) La promoción de la absorción de calcio para garantizar la salud ósea no es sólo dependiente de la vitamina D. Diversos factores, entre los cuales se destacan el aporte adecuado de calcio en la dieta o en suplementos, niveles hormonales adecuados (principalmente estrógenos en la mujer), ejercicio físico, edad (la absorción de vitamina D disminuye con la edad) y cantidad de receptores tisulares de vitamina D. Es por ello, que no tiene un fundamento claro promover la exposición al sol para garantizar la salud ósea.

3) En los casos en que se requieren dosis mayores de vitamina D, es más eficaz y barato ingerir Vitamina D2 para vegetarianos, o preferentemente Vitamina D3 por vía oral.

4) Respecto a otros reclamos de la industria del bronceado sobre los supuestos beneficios de la Vitamina D para la salud, el Instituto de Medicina de EEUU se ha pronunciado con claridad: hay pocas evidencias sólidas para atribuirle hoy a la vitamina D otra función que la del metabolismo cálcico y la homeostasis del esqueleto óseo.

5) Surge así con claridad que la exposición voluntaria a RUV artificiales con fines cosméticos es una práctica no saludable y por ende indeseable para la salud pública.


CUIDÁ TU SALUD, CUIDÁ TU PIEL



Dra Anabel Manzone
San Lorenzo 2076
TE: 0223-4920134