sábado, 23 de enero de 2016

PITIRIASIS VERSICOLOR






La pitiriasis versicolor, o tiña versicolor, es una infección micótica superficial de la piel que se caracteriza por cursar con cambios en la pigmentación cutánea.

Su nombre se debe a que la enfermedad se puede manifestar con diferentes colores, desde el rosado al marrón claro u oscuro, e incluso puede dar lugar a la aparición de manchas hipopigmentadas (blanquecinas).





El hongo que provoca la infección es la Malassezia. Es un hongo saprofítico, es decir, que normalmente vive sobre nuestra piel sin producir enfermedad.

Ya que todas las personas poseen este hongo, la enfermedad no es contagiosa.

La pitiriasis versicolor es una enfermedad muy frecuente y se han descrito casos en todo el mundo, aunque su prevalencia es mucho mayor en las regiones tropicales o en áreas de altas temperaturas. De hecho, en las partes del mundo en las que las estaciones están bien diferenciadas, es mucho más frecuente en verano que en invierno, lo que hace que sea conocida con el nombre erróneo de «hongos de la playa o del sol». 



Aunque es más frecuente en la adolescencia y en la edad adulta, lo que puede estar en relación con una mayor actividad de las glándulas sebáceas, se han detectado casos en cualquier época de la vida. Afecta por igual a hombres y mujeres.

El paciente consulta generalmente porque tienen unas manchas redondeadas u ovales de pequeño a mediano tamaño.

Es muy característico que estén cubiertas por una fina descamación que se hace más manifiesta cuando se realiza un raspado de la zona. En la mayoría de los casos, las lesiones son asintomáticas o sólo producen un leve prurito (picazón), por lo que el motivo de la consulta suele ser tan sólo la apariencia estética.

Son más frecuentes en las áreas de distribución de las glándulas sebáceas, sobre todo en el tercio superior del tronco, de forma especial en la espalda, la raíz de los miembros superiores, el cuello y, con menor frecuencia, la cara. Las lesiones faciales son más típicas en los niños que en los adultos. Cuando las lesiones afectan la cara se suelen localizar en la frente y son de menor tamaño que en la espalda.

En verano adquieren un color blanquecino, ya que el hongo situado sobre la piel impide que las radiaciones solares pigmenten esa zona y además produce una sustancia que frena la pigmentación.

La afección se trata con medicamentos antimicóticos que pueden aplicarse en la piel (tópicos) o tomarse por vía oral.

Los cambios de color pueden permanecer varios meses después de que el hongo se ha eliminado.

El pronóstico es bueno y el tratamiento es resolutivo, aunque con relativa frecuencia el paciente puede volver a tener otro episodio, por lo que habitualmente se indica tratamiento preventivo.

Dra Anabel Manzone
San Lorenzo 2076
TE: 0223-4920134