Dichos estímulos pueden ser :
exposición al calor o frío intenso, a la luz solar, o a otras fuentes de calor
como estufas, horno, etc, así como también el estrés. Las características de
esta patología consisten en enrojecimiento cutáneo que aparece y desaparece en
mejillas, nariz, mentón y frente; con el tiempo, el enrojecimiento ya no se va;
con la evolución suelen aparecer pequeños vasos sanguíneos en la superficie de
la piel (arañitas vasculares llamadas telangiectasias) y, en etapas más
avanzadas, pústulas similares a las del acné e incluso inflamación de los
tejidos, sobre todo de la nariz, que adquiere aspecto bulboso.
También puede afectar los
ojos, produciendo irritación, con sensación de arenilla.
Si bien no existe una cura
definitiva para la Rosácea ,
puede tratarse para lograr controlar y revertir los síntomas, y evitar que
progrese.
El tratamiento dependerá de
cada caso y debe ser evaluado por el Médico Dermatólogo. En general se indican
agentes locales (metronidazol) o por vía oral (tetraciclinas). En algunos casos
es necesario recurrir a otras terapias, como láser (Luz Pulsada) para eliminar
las arañitas vasculares.
En todos los casos un
tratamiento de mantenimiento es útil para prevenir recaídas.
Algunos consejos prácticos
incluyen:
ü Evite
estirar o arañar la piel de la cara; no use cepillos, esponjas duras o toallas
ásperas
en el rostro.
ü Mantenga
la cara bien protegida cuando salga con tiempo frío o ventoso; siempre
use bufanda para cubrir mejillas y
nariz.
ü Utilice
protección solar durante todo el año; recuerde proteger también sus ojos
con lentes de sol adecuados.
ü Elija
productos de maquillaje y de cuidado de la piel que sean livianos, sin aceites
ni alcohol.
Dra. Anabel Manzone
San Lorenzo 2076
TE: 4920134
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