Definición
Las onicomicosis son infecciones de las uñas producidas por tres tipos de hongos: dermatofitos, levaduras y mohos.
En la mayoría de los casos (un 90%) están producidas por hongos que pueden afectar también la piel y el cabello, denominados dermatofitos; en el resto de casos (10%) están producidas por levaduras (Candida) y por mohos ambientales. Los dermatofitos más frecuentemente causantes de onicomicosis son Trichophyton rubrum, Trichophyton mentagrophytes, Epidermophyton floccosum, y menos frecuentemente Mycrosporum spp.
¿Cómo se contrae?
En general, los dermatofitos pueden proceder del suelo (dermatofitos geofílicos), del hombre (dermatofitos antropofílicos) o de los animales (dermatofitos zoofílicos). Estos organismos acostumbran a crecer en ambientes húmedos y cálidos. Un ambiente ideal son las piscinas, duchas y vestuarios de instalaciones deportivas o recreativas, donde a través de un suelo húmedo se puede adquirir la infección por hongos tanto en el pie (tiña del pie o pie de atleta) como en las uñas (onicomicosis).
Se han descrito varios factores de riesgo para las onicomicosis: edad avanzada, inmunodeficiencias, diabetes, psoriasis, convivencia con personas con onicomicosis y utilización de piscinas, vestuarios y duchas colectivas. Más de un 80% de los casos de onicomicosis se producen en las uñas de los pies.
¿Cómo se manifiesta?
La onicomicosis se manifiesta en forma de onicodistrofia o alteración del aspecto normal de las uñas de manos o pies. Las uñas de los pies se afectan más a menudo que las de las manos. Es muy habitual la afectación de varias uñas a la vez. Es frecuente que las onicomicosis vayan asociadas a infección crónica del pie por dermatofitos (tiña pedis o pie de atleta). Clínicamente puede existir una onicolisis (o separación de la uña del lecho ungueal), hiperqueratosis subungueal (engrosamiento de la uña con descamación debajo de la misma), discromía (cambio de color de la uña desde amarillento o verdoso hasta marrón o negro).
La onicomicosis es un proceso frecuentemente asintomático, aunque en ocasiones puede producir molestias o dolor, especialmente en el momento de recortarse las uñas o realizar ejercicio físico. En ocasiones pueden producirse complicaciones importantes como la erisipela o celulitis (infecciones de la piel), sobre todo en pacientes diabéticos e inmunodeprimidos.
Onicomicosis causada por dermatofitos: se denomina tiña unguium. La especie más frecuentemente aislada es Trichophyton rubrum; los hongos penetran en la uña a través de pequeñas erosiones. Al comienzo se afecta superficialmente la uña, empezando por el borde lateral o distal. La uña cambia de color, pudiendo partirse, engrosarse o abombarse. Finalmente, la uña puede afectarse profundamente y en su totalidad, y desprenderse. Es un proceso lento que puede afectar a una o varias uñas. Se produce en personas de todas las edades, aunque es rara en niños pequeños y es frecuente entre usuarios de piscinas, gimnasios, termas, vestuarios, duchas comunitarias y otras instalaciones donde la humedad y caminar descalzo favorecen su transmisión. La lesión afecta casi siempre a las uñas de los pies y puede venir precedida y/o acompañada por una micosis de la piel contigua y/o por lesiones satélites a distancia. La mayoría de los pacientes con tiña unguium en las manos tienen afectados también los pies.
Onicomicosis causada por Candida: afectan generalmente a las uñas de la mano produciendo dolor, enrojecimiento, tumefacción y a veces supuración. El hongo procedente de la piel o las mucosas penetra a través de pequeña heridas y el contacto prolongado con el agua favorece su persistencia. Las mujeres son las más afectadas por este tipo de proceso.
Onicomicosis causadas por mohos no dermatofitos: están producidas por hongos ambientales oportunistas. Las lesiones tienen un aspecto indistinguible de las producidas por dermatofitos.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico microbiológico es esencial para su tratamiento, ya que este varía en función del agente causal y el tipo de lesión ungueal. En las onicomicosis causadas por dermatofitos, las más frecuentes y que generalmente afectan a las uñas de los pies, no suele ser suficiente el tratamiento tópico, requiriendo la mayoría de las ocasiones tratamiento oral prolongado.
Razones para el tratamiento de las onicomicosis: las onicomicosis no son sólo un problema estético que no requiere tratamiento, sino que son una causa importante de consultas médicas y producen a menudo una disminución en la calidad de vida de quien las padece. En pacientes mayores, especialmente con diabetes y problemas vasculares periféricos, puede ser la puerta de entrada que desencadene una celulitis o una erisipela.
¿Cómo se trata?
Los objetivos del tratamiento de la onicomicosis son la curación micológica y la recuperación clínica de la uña. Dado que la uña tiene un crecimiento lento (0,1 mm/día las uñas de las manos y 0,03-0,05 mm/día las uñas de los pies), ésta tardará muchos meses en recuperar su aspecto normal.
Cuando hay una afectación distal de una o pocas uñas se puede optar por un tratamiento tópico a base de lacas que contienen fármacos antimicóticos, como la amorolfina y la ciclopiroxolamina.
Cuando la afectación de la uña es lateral y/o proximal, y tenemos más de una uña afectada, el tratamiento de elección son los antifúngicos orales (normalmente asociados a preparados tópicos). Las pautas varían según el fármaco utilizado (terbinafina, itraconazol o fluconazol), pero en general tienen una duración de 4 a 6 meses, hasta una año. Se debe tener en cuenta que estos fármacos tienen importantes interacciones farmacológicas. En raras ocasiones pueden producir alteraciones de la bioquímica hepática, por lo que se recomienda la realización de controles analíticos. El tratamiento debe ser siempre supervisado por un médico. Las recaídas tras el tratamiento son frecuentes y pueden ser debidas a una reinfección o a una erradicación incompleta del hongo original.
Medidas generales para la prevención de las onicomicosis
El diagnóstico microbiológico es esencial para su tratamiento, ya que este varía en función del agente causal y el tipo de lesión ungueal. En las onicomicosis causadas por dermatofitos, las más frecuentes y que generalmente afectan a las uñas de los pies, no suele ser suficiente el tratamiento tópico, requiriendo la mayoría de las ocasiones tratamiento oral prolongado.
Razones para el tratamiento de las onicomicosis: las onicomicosis no son sólo un problema estético que no requiere tratamiento, sino que son una causa importante de consultas médicas y producen a menudo una disminución en la calidad de vida de quien las padece. En pacientes mayores, especialmente con diabetes y problemas vasculares periféricos, puede ser la puerta de entrada que desencadene una celulitis o una erisipela.
¿Cómo se trata?
Los objetivos del tratamiento de la onicomicosis son la curación micológica y la recuperación clínica de la uña. Dado que la uña tiene un crecimiento lento (0,1 mm/día las uñas de las manos y 0,03-0,05 mm/día las uñas de los pies), ésta tardará muchos meses en recuperar su aspecto normal.
Cuando hay una afectación distal de una o pocas uñas se puede optar por un tratamiento tópico a base de lacas que contienen fármacos antimicóticos, como la amorolfina y la ciclopiroxolamina.
Cuando la afectación de la uña es lateral y/o proximal, y tenemos más de una uña afectada, el tratamiento de elección son los antifúngicos orales (normalmente asociados a preparados tópicos). Las pautas varían según el fármaco utilizado (terbinafina, itraconazol o fluconazol), pero en general tienen una duración de 4 a 6 meses, hasta una año. Se debe tener en cuenta que estos fármacos tienen importantes interacciones farmacológicas. En raras ocasiones pueden producir alteraciones de la bioquímica hepática, por lo que se recomienda la realización de controles analíticos. El tratamiento debe ser siempre supervisado por un médico. Las recaídas tras el tratamiento son frecuentes y pueden ser debidas a una reinfección o a una erradicación incompleta del hongo original.
Medidas generales para la prevención de las onicomicosis
• Secar bien las uñas y piel de las manos después de su lavado. El agua deteriora la lámina ungueal y la cutícula favoreciendo la aparición de infecciones.
• Proteger las uñas de las manos frente a detergentes y otros productos químicos con guantes de látex o plástico revestidos interiormente con algodón. Las labores domésticas son especialmente agresivas para las uñas.
• Si se precisa el limado de las uñas deberá realizarse con una lima de cartón, con movimientos suaves y continuos. No pulir la lámina ungueal con métodos agresivos. No lesionar o eliminar la cutícula, ya que es su protector natural. No es conveniente el uso de prótesis ungueales ornamentales (uñas esculpidas, etc).
• Es importante evitar la humedad en los pies, utilizando calzado apropiado y secándose bien los pies, especialmente entre los dedos, luego de la ducha o el baño (con toalla y/o secador de pelo). Para evitar la transmisión de las onicomicosis es importante no compartir toallas y evitar andar descalzo en piscinas y duchas públicas.
Dra Anabel Manzone
San Lorenzo 2076
TE: 0223-4920134